La Cebolla (Allium cepa L.): centro de origen, diversificación e historia de su cultivo
Centros de origen y diversificación
La mayoría de los autores coinciden en que la cebolla se domesticó en India y Afganistán, siendo estos dos lugares los centros primarios de diversificación y distribución a otros países. Algunos de estos países, como España, Italia, y Turquía; fueron los precursores de las cebollas de bulbo grande ampliamente cultivadas en la actualidad.
La cebolla, probablemente desciende de alguna de las cinco especies similares que se pueden encontrar en Asia Central: Allium oschaninii, A. praemixtum o A. psekemense de las montañas Pamir, al oeste de la meseta Tibetana, A. vavilovii de las montañas Koppet Day de Turkmenia, o A. galanthum de las montañas Tien Sham, en la frontera entre Rusia y China. Todas estas especies producen pequeños bulbos, que desprenden el característico olor a cebolla y tienen tallos altos y huecos que tienden a engrosarse en su parte media. Estas plantas perennes crecen agrupadas en suelos rocosos y desnudos donde no
compiten con otras plantas y a veces puede pasar una década antes de que produzcan sus primeras flores de verano. Todavía en la actualidad, los habitantes del pueblo Pamir (Tíbet) desentierran los bulbos de A. pskemense que se forman en el campo y los cultivan en sus tierras (Roberts, 2001).
Historia del cultivo
La cebolla se encuentra entre las plantas más antiguas cultivadas por el hombre de las que se tiene referencia. En Jericó (Palestina) se han encontrado restos de bulbos de cebolla que datan de principios de la Edad de Bronce (5.000 años a.C.), junto con semillas de higos y dátiles. En el Antiguo Egipto el consumo de cebollas, puerros y ajos se muestra en las decoraciones de las tumbas de los faraones que datan de la Primera y Segunda dinastía (3200-2780 a.C.). En ellas se han encontrado grabados que prueban que, junto con el rábano y el ajo, la cebolla ocupaba un lugar importante en la dieta de los obreros dedicados a la construcción de las pirámides. También en Egipto la cebolla formó parte de ofrendas funerarias al principio de la Tercera y Cuarta dinastía, durante la primera parte de la Edad de las Pirámides (hacia 2780-2100 a.C.) (Figura 19). La cebolla, junto a otras especies hortícolas conocidas, se menciona en la Biblia, en el Antiguo Testamento, cuando se relatan las quejas de los israelitas conducidos por Moisés desde Egipto a la tierra de Canaán.
Así, los israelitas durante su éxodo (hacia 1.500 a.C.) comparan desfavorablemente su dieta a base de maná con la de Egipto, acordándose con nostalgia: “… del pescado, que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos” (Números 11:5-6. Reina Valera, revisión 1960). El maná sin embargo les libró de toda enfermedad.
La posterior dispersión de las cebollas a otras regiones se pudo ver favorecida por los viajes de los Minoicos, civilización griega con importante poder marítimo en el este del Mediterráneo (2000 a 1400 a.C.). Después de su primera domesticación, las semillas y bulbos de cebolla fueron dispersados por el comercio, por el este de la India y oeste del Mediterráneo, y se fueron modificando por la selección del hombre y los nuevos ecosistemas.
Los escritores griegos Hipócrates (430 a.C.), Teofrasto (332 a.C.) y el romano Plinio “El Viejo” (79 d.C.) describen y clasifican las cebollas en sus diferentes tratados. Hipócrates y Teofrasto describieron a las cebollas como un alimento comúnmente consumido en su época. Ese último autor detalló en sus voluminosos tratados botánicos diferentes variedades (Sardian, Cnidian, Samotharacian y Estanian) denominadas como los lugares donde se cultivaban y que mantuvieron los mismos nombres que las mencionadas cuatro siglos después por Plinio El Viejo.
En el siglo I, Dioscorides, médico griego, adjudica notables propiedades curativas a esta hortaliza en su obra “De materia Medica” y Columela (42 d.C.), en sus obras “Re Rustica” y “Los Doce Libros de Agricultura”, describe el modo de preparación y conservación de la cebolla.
Cebollas y ajos carbonizados se han encontrado también en Pompeya y Herculano, antiguas ciudades romanas enterradas en las cenizas de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Durante el mismo tiempo, Plinio “El Viejo”, en su tratado “Naturalis Historia”, describe diferentes tipos de cebollas y alaba a esta planta hortícola como factor de salud y longevidad.
Durante la época medieval, las cebollas se convirtieron en una hortaliza común en toda Europa. La popularidad de la cebolla a lo largo de Asia y Europa se debió a su triple uso como: hortaliza suculenta, condimento en las comidas y remedio medicinal para una amplia variedad de enfermedades (Block, 1992). Fue probablemente entonces cuando se seleccionaron las variedades de bulbo grande, que dieron origen a las variedades modernas.
Los españoles cultivaron la cebolla en América poco después del descubrimiento. Se sabe que Colón las plantó en las Indias en 1494 y fueron cultivadas en Massachussets 135 años después, en 1629.
Autores del contenido original:
- Miguel Carravedo Fantova.
- Cristina Mallor Giménez.
- © Centro de Investigación de Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) - Gobierno de Aragón.